Esta actividad fue una oportunidad para que los estudiantes desarrollaran su creatividad y curiosidad a través de experiencias sensoriales únicas. Manipularon diferentes alimentos, experimentando con su forma, textura y aroma, mientras creaban figuras y estructuras que dieron vida a mundos imaginarios y sorprendentes.
El uso de alimentos en esta actividad no solo brindó un aprendizaje significativo, sino que también fomentó el trabajo en equipo y el respeto por las creaciones de sus compañeros. Cada estudiante compartió sus ideas y se inspiró en las creaciones de los demás, enriqueciendo el aprendizaje y fortaleciendo los lazos de amistad y colaboración.
¡Felicitamos a nuestros pequeños exploradores por su entusiasmo y creatividad! Nuestra jornada extendida es un ejemplo de cómo el aprendizaje puede ser una experiencia divertida y multisensorial.