En la jornada extendida, los niños y niñas vivieron una experiencia enriquecedora aprendiendo sobre las zonas geográficas de Chile, sus costumbres y tradiciones, además de conocer la riqueza de su gastronomía típica.

Como parte de la actividad, prepararon unas deliciosas cocadas que les permitieron acercarse de manera práctica y entretenida a la cocina tradicional chilena, despertando la curiosidad y el gusto por nuestros sabores más característicos.

Además, los juegos típicos tuvieron un lugar protagónico. De la mano de sus Misses, los estudiantes disfrutaron de dinámicas que fomentan la convivencia, el trabajo en equipo y la valoración de las tradiciones que forman parte de nuestra identidad cultural.

Estas semanas de actividades se transformaron en una oportunidad para que los niños y niñas aprendieran jugando, experimentando y compartiendo, fortaleciendo así el vínculo con la cultura y las raíces de nuestro país.

En la semana subsiguiente se dará inicio a nuevas temáticas, pero queda la satisfacción de haber compartido tres semanas intensas de experiencias que sembraron en los estudiantes el amor y el orgullo por Chile.