El destino los llevó a una emocionante travesía marítima, donde tuvieron la oportunidad de subir a una embarcación real. Los rostros iluminados por la emoción reflejaban la fascinación de estar en alta mar, rodeados por la inmensidad azul que se extendía hasta el horizonte.
Pero la aventura no terminó allí. Los pequeños marineros tuvieron el privilegio de compartir momentos especiales con el personal de la Armada de Chile, quienes generosamente compartieron su conocimiento y experiencia. Con entusiasmo contagioso, los miembros de la Armada guiaron a los niños a través de un viaje educativo, revelando secretos del mar y enseñando valiosas lecciones sobre seguridad, conservación y respeto por el océano.
Desde el manejo de nudos marineros hasta la identificación de especies marinas, cada momento fue una oportunidad para aprender y crecer. Los niños y niñas absorberán estas experiencias como esponjas, llevando consigo no solo recuerdos imborrables, sino también un profundo aprecio por la vasta maravilla que es nuestro océano.
Esta aventura no solo ha sido un viaje físico, sino también un viaje emocional y educativo que ha dejado una huella imborrable en los corazones y mentes de nuestros pequeños exploradores. Agradecemos profundamente a la Armada de Chile por su generosa hospitalidad y dedicación para hacer de este día una experiencia inolvidable para todos.
¡Que esta travesía sea solo el comienzo de muchas más aventuras que inspiren y nutran el espíritu de descubrimiento de nuestros jóvenes exploradores!